Aquel día, en las puertas de entrada a nuestras clases había dos caballeros de brillante armadura Pero…¿qué ocurriría dentro? Teníamos muchas ganas de abrir la puerta y ver si nos esperaba alguna sorpresa. Y … así fué. Nuestra clase se había convertido en un castillo. Y además , encontramos algunas sorpresas. En cada una de las mesas aparecieron unos.
Aunque las historias comienzan con “Érase una vez..” La nuestra comienza por el final “Colorín Colorado…” nuestro proyecto ha terminado. No es un final para siempre porque cualquier día por arte de magia potagia, nos podemos encontrar de nuevo inmersos en la Edad media, la época de los castillos. Ahora somos un poco más sabios y nos llevamos el recuerdo imborrable de todos.
Muchos nervios y emoción. Así nos levantamos ese día, el día de la excursión. En un autobús muy alto sentaditos y con nuestro cinturón, podíamos ver desde arriba toda la ciudad. ¡Qué curioso! Desde el coche de los papás no se ven tantas cosas. En muy poco rato llegamos a nuestro destino. El chofer nos dejó junto a unas murallas de piedra. Allí las seños se aseguraron de que.
El puente levadizo recoge sus cadenas para cerrar la gran puerta del castillo. Se apagan las antorchas y las trompetas no suenan. Ya no se escucha el relinchar de los caballos ni el batir de las espadas. Los príncipes y las princesas, las damas y.
Aquella mañana llegamos ilusionados, algunos sospechábamos que algo estaba ocurriendo en nuestro mágico cole. Comenzábamos con las rutinas diarias, cuando de repente llamaron a la puerta y era nuestro conserje Miguel con una misteriosa carta dirigida a nuestra clase. ¡Nos quedamos boquiabiertos! ¿Quién nos estaba escribiendo?. Entre gritos de emoción le pedimos a la seño que nos abriera la carta y cual fue nuestra sorpresa: Un misterioso príncipe solicitaba nuestra.
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