Al día siguiente de conocer a Felipe, llegamos al cole muy emocionados y con ganas de aprender muchas cosas sobre el cuerpo humano. Pero cuál fue nuestra sorpresa, que al pasar por los pasillos nos encontramos nuestras siluetas decorando paredes y techos. ¡Estaba todo precioso!. ¡Pero aún quedaba mucho más por ver! Nuestras clases se habían convertido en farmacias, hospitales, consultas médicas… teníamos todo.
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