¡Qué bonito es creer en los duendes!

Una mañana, a la vuelta de vacaciones de Navidad, en la asamblea de 5 años, Rodrigo me preguntó: -“Seño, ¿por qué la clase está tan aburrida?. -¿Tan aburrida?”, le pregunté, -¿Por qué lo dices?. -Pues… porque no está bonita, no tiene nada en las paredes, está en blanco. -Es cierto, y… ¿no te gusta?, -No mucho.-   Contestó. -¿Y qué podemos hacer para que la clase vuelva a estar bonita como.