Tranquilos y atentos como una ranita.

La educación que viene aportará a nuestros alumnos nuevas herramientas que les ayudarán en la conquista de su propia autonomía y su propio autoconcepto y les proporcionarán sentimientos de seguridad y confianza en uno mismo.

Este libro, es un pequeño tesoro, que propone a nuestros alumnos técnicas cortas y conceptualmente simples explicadas en un lenguaje que los niños de educación infantil pueden entender y que una vez interiorizadas podrán repetir en momentos cortos durante el día.

Los niños realizando estos ejercicios aprenden, citando a la propia autora, a:

   “mejorar su atención y su concentración lo que mejora su memoria.

Reaccionar menos impulsivamente… e influir en su mundo interior…”

3103

MEDITACIÓN : PRIMERA PARTE.

¿Sabías que los mayores del cole hemos descubierto el significado del verbo “meditar”?… Meditar, también es cosa de niños.

Lo primero que hacemos al llegar a clase, después de colgar  nuestras mochilas y nuestros abrigos, es buscar un rincón donde sentarnos tranquilos, apoyar cómodamente la espalda y poder estirar nuestras piernas. Mientras, nuestra seño, crea un ambiente especial y cuando estamos todos preparados escuchamos el sonido de una campanita que nos avisa que tenemos que estar “atentos y tranquilos como una rana”.

20150116_092134

IMG-20150116-WA0015

Entonces, la preciosa voz de una ranita empieza a hablarnos de como podemos ordenar a nuestras manos, a nuestros brazos, a nuestras piernas que permanezcan quietos. Y , ¿sabéis lo mejor?, que lo estamos consiguiendo. Todo nuestro cuerpo permanece inmóvil. Todo, menos algo que empezamos a notar  en nuestro vientre que sube un poquito y baja  un poquito, que se estira y que se encoge… y ese algo es “NUESTRA RESPIRACIÓN”:  punto de partida de cualquier meditación. Centrar la atención en nuestra respiración nos da calma, nos relaja y nos tranquiliza. “Nos aporta sensaciones de bienestar, seguridad y armonía. Sensaciones difíciles de explicar pero fáciles de vivir” (Jerome Ducret).

No pretendemos que los niños lo hagan bien, sencillamente queremos que lo hagan, y sorprendentemente observamos, como , desde las primeras sesiones, lo consiguen.
Nos gustaría crear en ellos este hábito tan saludable y convertirlo en una rutina que les acompañe siempre.


¿Cómo nos hemos sentido?

Cuando la voz de la ranita deja de escucharse, de nuevo, una campanita,  nos anuncia que el ejercicio de meditación ha terminado. Es entonces cuando abrimos nuestros ojos y, después de estirar todo nuestro cuerpo tranquilamente, le contamos a nuestra seño lo que hemos sentido.  Aquí os transcribimos literalmente las respuestas de nuestros alumnos:

c6eb6ceea3167522aa672cfb4d8a90d0

“Ufffff, ¡qué bien me siento!”.

“¡Ay, qué a gustito!”.

“Me he sentido muy bien y muy relajado”.

“Siempre me levanto tranquilo cuando escucho la campanita”.

“Cuando me he levantado, me he levantado muy relajada”.

“He sentido el corazón un poquito lento”.

“Mi corazón no se movía.”

“He sentido la respiración”.

“Es muy corto”.

“Quiero repetir”.

“Me ha gustado”.

“Me ha encantado”…

A continuación os dejamos fotos de nuestras meditaciones que hablan por sí mismas:

20150116_092253

   20150116_092201

IMG-20150116-WA0002     IMG-20150116-WA0001

20150116_092233     IMG-20150116-WA0016

20150119_092459

20150119_092330

Expresarnos  a través de palabras y  dibujos nos ayudan a transmitir lo que sentimos:

20150120_093709[1]

— infantil

3 ComentariosAñadido

Únete a la discusión
  1. Por haber dedicado una parte de mi labor profesional en el mundo del niño, sólo puedo aplaudir el ejercicio de meditación regalado a los niños. Os invito a seguir trabajando, reflexionando, abriendo vías de desarrollo emocional. Los que trabajan en el ámbito de la educación, de la medicina pediátrica conocen bien cómo el niño responde al proverbio: " Lo que oí, lo olvidé. Lo que vi, lo recuerdo. Lo que hice, lo sé". Al niño hay que darle pocos consejos, sólo enseñarle a utilizar herramientas con las que se le permita autodirigirse evolutivamente, desarrollando sus capacidades naturales de armonía, equilibrio, autoestima, atención, concentración, memorización, control y seguridad en el mismo. De nuevo felicito a todo el cuerpo profesoral de infantil por su brillante y necesaria iniciativa. Y felicito, en particular a Carmen García Fernández por su constancia, paciencia y ilusión en facilitar un mejor futuro a nuestros niños. "Por un niño sano en un mundo mejor" Dr. Mariano Espinosa
    18 enero, 2015 Responder
  2. Parece increíble q consigáis q se queden tan tranquilos
    19 enero, 2015 Responder
  3. Hay muchas cosas que vamos aprendiendo con la vida, la respiración no es una de ellas. No hay más que contemplar a un bebé para saberlo: esa respiración tan armónica, tan perfecta nos habla de la serenidad, el equilibrio...la perfección. A respirar desaprendemos. Seguramente ellos sean más capaces que nosotros, lo tienen más cerquita en el tiempo.Es todo un acierto que les ayudéis a cuidarlo y al contacto con su cuerpo, con su alma. Responder a esa gran pregunta "¿cómo me siento?" es y será una herramienta fundamental para su salud.
    20 enero, 2015 Responder