Un paseo por Andalucía
Con la emoción todavía en nuestros cuerpos de las vacaciones navideñas y con nuestra mente en los juguetes recibidos comenzamos el segundo trimestre pasando más frío de lo normal.
Una de esas mañanas de enero nos visitó un turista-explorador, de lo más peculiar, su acento era raro, gracioso, su vestimenta poco usual y nos pedía ayuda para recorrer y conocer nuestra extensa tierra: Andalucía.
Así empezó esta aventura: tratando de descubrir un poco más de cerca qué significa ser andaluz y andaluza.
Al mismo tiempo fueron llegando en días alternos unas letras misteriosas y una adivinanza…Todos/as a una formamos la palabra ANDALUCÍA, salerosa y llena de color, y al cole de primaria subimos para descubrir que la bandera blanca y verde, con su escudo de Hércules y sus leones, y el himno, son sus símbolos de autonomía, desde que Blas Infante, malagueño de Casares así lo determinó.
Casi sin darnos cuenta nuestras aulas en parajes y escenas andaluzas se convirtieron y acabamos sorprendidos ante cada flor, cada imagen, los mantones, lunares y volantes…
En casa nosotros también nos convertimos en investigadores y un explorador personalizado hemos traído, plasmando en ellos todos los aspectos que nos hacen ser peculiares, respecto a nuestra cultura, los espacios naturales que nos rodean: Cabo de Gata, Coto de Doñana, Sierra Morena, Sierra de Aracena o Sierra de Segura, Cazorla y Las Villas…
Por si os parece poco, hemos creado nuestra propia montaña, con ayuda de la seño Carmen, montañera de pro, hemos sido montañeros por un día…
También hemos descubierto que en Sierra Nevada hay nieve, pero en nuestra Sierra Bermeja este ha sido un invierno nevado que llevamos en nuestras manos…
En el día de Andalucía, celebramos nuestra autonomía, vestidos de flamencos, con volantes y lunares, peinetas y abanicos, flores, fajín y elegante sombrero cordobés.
Gracias al AMPA (Asociación de madres y padres) comimos molletes de Antequera y aceite de los olivares de Jaén, o de Córdoba, o Granada…
El jamón de Jabugo ese día nos faltó… Pero lo degustamos gracias a nuestras seños, que montaron un picoteo de productos andaluces: altramuces, aceitunas, pan y aceite, regañás…y jamón!!! Las gambas de Huelva para la próxima ocasión.
Ese taller se llamaba “Andalucía a través de nuestros sentidos”:
Con el tacto, sin mirar, descubrimos, arena y caracolas, zapatos y pulseras, castañuelas,… en una caja sensorial.
Con el oído, adivinamos el sonidos del mar que baña nuestras costas, el taconeo del flamenco, la guitarra de Paco de Lucía, una comparsa del carnaval de Cádiz y hasta un gallo que pasaba.
Y los olores de Andalucía, de vuestra mano nos llegaron: jazmín, rosa, espliego y lavanda, hierbabuena y tomillo… Y hasta agua salada de la playa de Estepona, aunque no huele a nada…, a mar decían otros de olfato más fino…
A través de un cuento: “Alba descubre Andalucía”, y aprendiendo poemas (“El lagarto está llorando”, “Era un niño que soñaba”) de autores andaluces ilustres: Lorca, Machado y Juan Ramón Jiménez, que hasta obtuvo un Nobel de literatura por “Platero y Yo” han ido pasando los días con alegría y alguna pena también.
Hemos descubierto que nuestro mapa andaluz tiene playa y tiene luz, tiene campos de olivos y una Sierra Nevada…Y un río muy caudaloso donde navegan los barcos, con puerto y todo, Guadalquivir se llama.
De este a Oeste, de norte a sur, ya nos suenan los nombres de nuestras provincias, y qué hay que ver cuando vayamos de visita: La Alhambra, la Giralda, la Alcazaba, la Mezquita, las tres carabelas de Colón…
Málaga es nuestra provincia, de ahí era Picasso, un pintor muy especial, al principio criticado: “que pintaba como un niño” y después muy valorado: fue un andaluz universal. Con gran entusiasmo nuestro particular Picasso hemos recreado, y es que con imaginación e ilusión todos podemos sacar al artista que llevamos dentro.
Nosotros vivimos en Estepona, que es nuestra ciudad, con un faro hermoso al que fuimos a visitar y a la lonja del puerto pesquero, el segundo más grande de Málaga. Descubrimos erizos, conchas finas y coquinas, esponjas que no eran “Bob”, caracolas donde sonaban las olas del mar, y hasta pescamos cañaíllas. Hicimos nudos marineros que convertimos en pulseras y un diploma de grumete a casa nos llevamos por lo bien que nos portamos.
En Carnaval, fiesta sin igual, fuimos princesas y flamencas, payasos y superhéroes, caballeros, heroínas de carne y hueso, felinos, tiburones y animales menos fieros, los troll y hasta un Colón con su Pinta… Caperucita y su cestita, una bruja buena, hadas aladas y trogloditas de otra era.
Y pasito a pasito fuimos construyendo una idea más completa de Andalucía, que tuvo una gran fiesta final, una Gymkana de juegos populares, gracias a la ayuda de mamis, papis, tías y abuelos que tanto saben de juegos, de ahora y de siempre.
Concluye el trimestre y durante una semana cerramos por vacaciones. Disfrutad del tiempo libre y de nuestra tierra.